Gastronómicos
La miel se usa principalmente en la cocina y la pastelería, como acompañamiento del pan o las tostadas (especialmente, en
desayunos y
meriendas) y como
aditivo de diversas bebidas tales como el
té. Al ser rica en
azúcares como la
fructosa, la miel es
higroscópica (absorbe humedad del aire), por lo que el añadir una pequeña cantidad a panes y pasteles hace que éstos endurezcan más lentamente. La miel virgen también contiene
enzimas que ayudan a su digestión, así como diversas
vitaminas y
antioxidantes. Por esto suele recomendarse el consumo de la miel a temperaturas no superiores a 60
°C, pues a mayor temperatura empieza a perder propiedades beneficiosas al volatilizarse algunos de estos elementos.
La miel es el ingrediente principal de la
hidromiel, que es producida a partir de la miel y el agua, que también es conocida como «vino de miel».
Terapéuticos
Recipientes para guardar, transportar o servir la miel. A la izquierda: alfarería sin vidriar, con dos asas. Y a la derecha: cerámica vidriada y decorada, sin asas. Ambos con tapa a juego. Otros nombres: mielera,
parrón (Aragón), orza de miel. Piezas del Museo de Cerámica Nacional de
Chinchilla de Montearagón (Albacete, España).
La miel tiene muchas propiedades terapéuticas (Havsteen 2002). Se puede usar externamente debido a sus propiedades antimicrobianas y antisépticas. Así, la miel ayuda a cicatrizar y a prevenir infecciones en heridas o quemaduras superficiales. También es utilizada en cosmética (cremas, mascarillas de limpieza facial, tónicos, etcétera) debido a sus cualidades astringentes y suavizantes.
Energético
Debido a su contenido de azúcares simples, de asimilación rápida, la miel es altamente calórica (cerca de 3,4 kcal/g), por lo que es útil como fuente de energía rápida.
Cicatrizante
Las abejas añaden además una
enzima llamada
glucosa oxidasa. Cuando la miel es aplicada sobre las heridas esta enzima produce la liberación local de
peróxido de hidrógeno.
Resfríos, tos, dolor de garganta
Es usada para el
alivio sintomático del resfriado.
[2] Estudios en personas de entre 2 y 18 años con infecciones en las vías respiratorias demostraron que es capaz de aliviar las membranas irritadas en la parte posterior de la garganta y que tiene efectos antioxidantes y antivirales. Además, un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la considera segura, fuera del período de la lactancia, para aliviar la
tos.
[3]
Su dulzura y textura de jarabe calmarían el dolor de garganta, pero también influirían su contenido antioxidante y su efecto antimicrobiano. Para niños menores de un año no es recomendable porque existe el peligro del desarrollo del
botulismo. Este último riesgo se hace ínfimo en niños más grandes.
[3]
Los catarros se combaten popularmente en algunos países endulzando con miel al
zumo de limón o el
té de
cebolla.
[4] La
Organización Mundial de la Salud recomienda el uso de miel para el alivio de la
tos en niños mayores de un año.
[5] Sin embargo, la miel no muestra mayores beneficios que otros medicamentos como el
dextrometorfano pero sin los efectos adversos asociados.
[6]
Conservante
Es un excelente conservante natural. Sin embargo, no siempre es saludable. Debido a que procede de flores silvestres, hay algunos momentos y lugares en los que la miel producida por las abejas es altamente tóxica. Los
rododendros y
azaleas producen un néctar altamente venenoso para los humanos, aunque inofensivo para las abejas, que producen así una miel mortífera. En algunas regiones del mundo las colmenas se vacían inmediatamente después de la temporada de flores, eliminando cualquier residuo para evitar envenenamientos accidentales. Existen historias del uso de miel venenosa como arma de guerra en la antigüedad, pero no son corroborables. Dicha miel venenosa es muy difícil de encontrar. La forma de la flor de azalea hace que a las abejas le resulte difícil acceder al néctar, y en la época en la que florecen hay casi siempre otras flores más atractivas para las abejas.
Es altamente perdurable, no caduca. Gracias a su alta concentración de azúcar, mata a las bacterias por
lisis osmótica. Las
levaduras aerotransportadas no pueden prosperar en la miel debido a la baja humedad que contiene. Los traslados de cuerpos humanos en la antigüedad se hacían sumergidos en miel; por ejemplo
Alejandro Magno fue trasladado desde Babilonia hasta
Alejandría en
Egipto en el 323 a. C. y el de
Agesilao II, rey de
Esparta, desde Egipto hasta su ciudad natal en el 360 a. C., utilizándose miel para evitar la descomposición. El efecto preservante de la miel se debe a su baja concentración de agua y es idéntico al que permite la prolongada conservación de los dulces y de las frutas en almíbar donde el alto contenido en azúcar disminuye el contenido de agua